Enchufas el PC, se enciende la lucecita, respiras aliviado y, diez minutos después, la batería no se ha movido ni un ápice. Y entonces piensas: «Pero este cargador funciona muy bien en mi teléfono, ¿no?
Sí, pero no es suficiente. Detrás del conector USB-C se esconde un ecosistema de estándares, voltajes y negociaciones eléctricas, y puede que tu cable no esté a la altura.
No todos los cables USB-C son iguales: la falsa promesa de universalidad
Desde finales de 2024, el puerto USB-C es obligatorio para los dispositivos electrónicos comercializados en Francia y en toda la Unión Europea. El objetivo de esta medida es simplificar la conectividad, limitar los residuos electrónicos y garantizar la compatibilidad entre productos.
En realidad, esta estandarización es engañosa. Aunque todos los cables USB-C comparten el mismo formato físico, sus capacidades técnicas varían considerablemente. Un cable USB-C puede transmitir solo energía, o puede proporcionar carga, transferencia de datos a alta velocidad o incluso transportar señales de vídeo. Estas diferencias rara vez son visibles a simple vista.
USB-C: un conector universal con funciones variables
Bajo su aparente simplicidad, el cable USB-C puede soportar una amplia gama de usos:
- La carga eléctrica oscila entre unos pocos vatios y más de 240 W, según las normas.
- Velocidades de transferencia de datos que van de 480 Mbit/s (USB 2.0) a 40 Gbit/s(USB4).
- Transporte de señal de vídeo a través de DisplayPort o Thunderbolt.
No todos los cables admiten todas estas funciones. Algunos cables que se venden con teléfonos o accesorios básicos sólo permiten una carga lenta (a menudo limitada a 15 ó 18 W). Esta limitación se vuelve problemática cuando quieres alimentar un portátil, que requiere más potencia.
El chip e-marker: un componente esencial para recargar un portátil
Para que la carga USB-C funcione a más de 60 W, el cable debe incorporar un chip electrónico llamado e-marker. Este chip desempeña un papel central en el protocolo USB Power Delivery (PD), informando al cargador y al ordenador de la capacidad real del cable: corriente máxima (hasta 5 A), compatibilidad con voltajes superiores, etc.

En ausencia de este chip, la carga se limita a 3 A (es decir, 60 W a 20 V), o incluso se desactiva por completo en algunos equipos, por razones de seguridad o estabilidad. Esto deja al usuario con un cable que funciona perfectamente en un smartphone, pero que no alimenta un portátil sin un mensaje de error explícito.
Esta limitación es aún más frustrante porque no hay distinción visual entre un cable USB-C con o sin e-marker. A menos que haya una marca explícita (5 A, 100 W o chip e-marker) o que dispongas de un comprobador USB-C, es muy difícil estar seguro sin realizar una prueba.
La siguiente tabla resume las principales diferencias en función del tipo de cable:
Tipo de cable | Presencia de e-marker | Potencia máxima | Compatible con portátiles |
---|---|---|---|
Cable básico (USB 2.0, 3A máx.) | Sin | 15-60 W | No o limitada |
Cable USB-C de 5A con certificación e-marker | Sí | Hasta 100 W | Sí, algunos |
Cable USB-C 240 W (PD 3.1) | Sí | Hasta 240 W | Sí |
Qué cable USB-C debo comprar para cargar mi portátil?
Si tu portátil no carga correctamente, aunque el LED se encienda, el problema suele estar en el cargador, que no suministra suficiente potencia. Muchos usuarios prueban con un adaptador diseñado para smartphones (15 W, 18 W o 20 W), que resulta muy insuficiente para los requisitos de un PC moderno.
Para alimentar un portátil, necesitas un cargador USB-C Power Delivery (PD) capaz de suministrar al menos 65 vatios e idealmente 100 vatios para cubrir todas tus necesidades.
¿Por qué elegir un cargador de 100 W, aunque tu PC sólo necesite 45 ó 65 W?
Al contrario de lo que pueda pensar, un cargador más potente no dañará su dispositivo. Gracias a la tecnología Power Delivery, el cargador se adapta automáticamente a lo que necesita el dispositivo. Nunca fuerza una potencia excesiva: es el ordenador el que controla la negociación y sólo extrae lo que necesita. Así:
- Si tu PC necesita 45 W, un cargador de 100 W suministrará exactamente 45 W.
- Si conectas un segundo dispositivo, el cargador distribuirá la energía según las capacidades de cada puerto.
- Y si cambias de ordenador en el futuro, no tendrás que comprar otro adaptador.
Para evitar cualquier incompatibilidad, lo mejor es invertir de una vez por todas en un cargador potente, fiable y versátil.
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Este modelo es compatible con la mayoría de portátiles modernos (MacBook, Lenovo, Dell, Asus, HP…) y también puede utilizarse para cargar smartphones y tabletas con total seguridad.
Aspectos a tener en cuenta para cargar el portátil con USB-C :
La elección correcta: un cargador USB-C PD de al menos 100 W, certificado y compatible con varios dispositivos.
Muy poca potencia = lento, inestable o sin carga.
Demasiada potencia = ningún riesgo: el cargador se regula automáticamente.